El Museo de la Historia Natural de Berlín, más conocido cómo el
Museo de Humboldt de Berlín, es el único museo nacional del
mundo que cuenta con una colección de más de 25 millones de
especímenes zoológicos, paleontológicos, y minerales.
Aunque no es por esos datos por los que es más conocido. El
museo posee dos objetos expuestos espectaculares que son dignos
de ver: El primero es un Braquiosaurus brancai que alcanza tiene una
altura de 12 metros y 23 metros de largo. De hecho es el
esqueleto montado más alto del mundo. Aunque hemos de aclarar
que sus huesos provienen de diferentes espécimenes. Hallado hace un siglo, con sus 13 metros de alto y 15 de largo,
único completo en el mundo. Tan sensacional que, aun muerto, sigue creciendo. Sus huesos
fueron estudiados, clasificados, encajados hasta completar su
esqueleto. Y una vez terminado, colocado en 1937 en la gran sala
acristalada del Museo de Ciencias Naturales de Berlín.
Resultaba impresionante: un ejemplar único, el mayor esqueleto
montado completo (de sus parientes existen piezas sueltas en
otras colecciones) y el más esbelto de todos los que han ido a
dar con su cuerpo en un museo. Con su enorme cabeza y los grandes huecos donde debieron ir los
ojos hace 150 millones de años.
El otro objeto preciado es el espécimen de dinosaurio mejor
preservado del mundo, un Archaeopteryx litographica. La primera evidencia de las aves en el registro fósil es una
pluma preservada en las lutitas, que son piedras formadas de
capas de lodo muy fino, de Solnhofen, Baviera, encontrada en
1861 por Hermann von Meyer y que fue bautizada por los
científicos con el nombre de Archaeopteryx litographica (que
quiere decir pluma antigua dibujada en la piedra). Fue definitivamente la conformación particular del suelo lo que
permitió que se conservaran evidencias de estructuras tan finas
como las plumas.
Después fueron encontrados en la misma localidad de Baviera y en
las cercanías de Eichstätt, entre los años de 1877 y 1951,
cuatro especímenes más, tres de los cuales fueron en un
principio identificados como dinosaurios, en especial de una
especie pequeña denominada Compsognathus, pero que posteriores
análisis permitieron comprobar que eran miembros también del
género Archaeopteryx.
Curiosamente, el segundo de los esqueletos completos fue vendido
al Museo de Berlín por un especulador, nada menos que el hijo
del doctor Häberlein.
En la actualidad se cuenta con cinco fósiles de Archaeopteryx,
los cuales son conocidos, de acuerdo con el museo donde se
localizan, como el de Londres, el de Berlín, etc.
Cómo dato anecdotico, en este mismo museo se encontraba uno de
los dos únicos esqueletos que se hallaron del Kentrosaurus
(dinosaurio herbívoro que data del período Jurásico y que se
estima que medía de 3,5 a 5 metros de longitud y que pudieron
llegar a pesar 900 kg. Pero desafortunadamente fue destruido al caer una bomba en la
parte del museo dónde se hallaba expuesto durante la Segunda
Guerra Mundial.
Este museo tiene espléndidos esqueletos del Jurásico superior de
Tanzania, en áfrica, dos de ellos conseguidos hacia 1910: el
dinosaurio avestrud Elaphrosaurio; los saurópodos Dicraeosaurio,
el ornitópodo Dryosaurus, y el dinosaurio con placas
Kentrosaurus.
Los restos fósiles fueron descubiertos por una expedición
alemana (1909-1912) en Tanzania, áfrica. El género fue nombrada
por Edwin Henning en 1915.
Se encontraron dos esqueletos, pero uno de ellos, que se exhibía
en el Museo de Humboldt de la Universidad de Berlin, fue
destruido al caer una bomba durante la Segunda Guerra Mundial.
También un Plateosaurus y un dinosaurio cornudo, el Triceratops.