14 Febrero 2021

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Las Minas. Coto Minero de Hellín

La explotación más importante de azufre español ha estado en el Coto Minero de Hellín. Se extiende desde Las Juntas de los ríos Mundo y Segura, hasta Los Almacenes. Donde hay vestigios de un poblamiento de hace más de 2.600 años que tuvo relación comercial con la civilización fenicia (mediterráneo oriental), la cual introdujo la cultura vino y para cuya producción ya habría interés en el azufre. El nombre de Los Almadenes es árabe y podría hacer referencia a estas minas. En el año 1154, el granadino Al-Zuhri habla en su Libro de Geografía de un yacimiento de azufre rojo en la confluencia de estos ríos, que considera único en el mundo y que se exporta a los actuales Irak, Yemen y Siria.
Las Minas Reales de Azufre se crearon la Hacienda de Felipe II en 1589 con la compra a Francisco de Monreal del secreto de la fundición y los “criaderos de alcrebite” que su tío y su padre habían registrado desde 1564. Así han estado en producción ininterrumpida durante cuatro siglos, en el último por empresas privadas, hasta el cese de la actividad en 1960.
Sobre la explotación tradicional el hellinero José Rodríguez en 1826 dijo que “las minas de azufre, las mas abundantes quizás de Europa, tanto que no se necesita minar, y si cortar el terreno, encontrándose 17 vetas, en sólo 84 pies de profundidad…Separadas las vetas se llevan a la fábrica donde se pone en los crisoles de hechura de alambique, de los que sale por sublimación…El cultivo del arroz, es causa de que tenga que pararse la fábrica desde junio a noviembre por la epidemia de tercianas…mas en el invierno se puede extraer todo cuanto mineral se requiera para fundir en el verano.”
A partir de la privatización en 1870, se inició el sistema de pozos maestros verticales, de los que parten las galerías centrales de transporte, con vagonetas sobre raíles, y de éstas salen las galerías trasversales donde se excavaba. Las bombas de desagüe y los montacargas se movían por electricidad producida con turbinas de vapor, hasta la puesta en marcha en 1912 de la Central Hidroeléctrica del Coto Minero.
Desde el siglo XIX se hacía una primera purificación antes de llevar el mineral a fábrica. Los grupos de hornos de primera fusión, tipo Clavet, están contiguos a los pozos. Son obras de mampostería reforzados con grandes contrafuertes. El cuerpo principal tiene una sección troncocónica cubierto por una bóveda semiesférica. De las dos aperturas, la superior era para cargarlo y la inferior para extraer la escoria, que se depositaba en el fondo durante el proceso. Las grandes lenguas de estas escorias se extienden a los pies de los hornos. El combustible usado últimamente era hulla, importada con el ferrocarril, porque no se podría obtener la leña necesaria en las cercanías. Entonces ya se habría deforestado el Coto Minero. Los restos de la fábrica de refinado, están a pies del “poblado”. En los hornos de licuación del azufre de primera fusión, en ellos se convertía de sólido a líquido, y para ser gasificado se vertía en las retortas. En estado gaseoso pasaba a las cámaras de sublimación, donde al enfriarse se convertía en “flor de azufre”. Ya refinado, era un producto muy demandado por la industria química y para “sulfatar” los cultivos.
Estos afloramientos de azufre están relacionados por la falla de los Gargantones con los volcanes de La Celia (Jumilla), Cancarix (Hellín) y Salmerón (Moratalla), y que también con las aguas sulfurosas de Azaraque. De acuerdo con Calvo y Elizaga (1985) la cuenca de Hellín, durante parte del Mioceno tardío, estuvo constituida por un lago somero ligeramente salino con alto contenido de materia orgánica de origen vegetal, cuyo gran contenido de azufre fue precipitado por la acción de bacterias. El mineral se encuentra entre estratos de margas bituminosas y yesos.
Fuente: http://www.camposdehellinqr.com // Imagenes de Luis Trigueros