A pesar de las altas temperaturas, las ganas de salir al campo pueden más que las perspectivas de un golpe de calor, y nos decidimos por una visita rápida a algún sitio cercano.
Nos habían comentado que la cantera de pórfidos de la empresa Pavasal, en Orcheta, había cerrado y desmantelado sus instalaciones, y allá nos encaminamos para verificar los datos y el estado de la cantera.
Efectivamente, la empresa ha desmantelado por completo el complejo situado al filo de la carretera, donde procesaban lo extraído en la cantera situada a sus espaldas. No queda nada más que el suelo de cemento. Comprobado este dato, decidimos subir hasta la cantera para ver su estado y nos llevamos la gran sorpresa de encontrarnos el principio del camino cortado con una gruesa cadena que impide el paso y nos obliga a dejar el coche al borde del camino para emprender la subida andando. Esta cadena hace poco que ha sido colocada.
Una vez arriba, nos encontramos con la barrera basculante, esta ya conocida de otras veces, que vuelve a cortar el paso a los vehículos (cosa ya inútil puesto que ahora ya no puede llegar hasta allí ningún vehiculo.) Ignoramos las señales que indican que estamos accediendo a una cantera etc etc. y seguimos adelante para esta vez llegar a la puerta propiamente dicha, de la cantera. Candados, vallas por todos los lados, cámaras de vigilancia, empresas de seguridad, avisos y más avisos. Parece que hayamos llegado a un centro de la Nasa.
Concluimos que la cantera sigue en activo, pero que ahora tratan el material a pié de obra y los camiones ya salen con su carga seleccionada a sus destinos. La huellas de las ruedas y lo que se ve al otro lado de la valla, así parece demostrarlo. Y todas las precauciones son pocas para evitar el robo y saqueo que están a la orden del día.
Emprendemos el regreso y por el camino localizamos algunos cuarzos tan característicos de la zona del triásico, biterminados pero sin cuerpo. Y en eso estamos cuando de pronto me llevo la sorpresa de encontrarme con muestras de jumillita y apatito y casi enseguida con algunos trozos de clinozoisita con cuarzo, las primeras de origen clarísimo de La Celia, en Jumilla y las otras posiblemente de Los Serranos, en Albatera. Se ve que algún compañero limpió su maletero y se desprendió de lo que no le interesaba. Una vez mas hay que insistir en que hay que evitar esa practica. Si todos hiciesemos lo mismo, los yacimientos serian un autentico rompecabezas.
Y con el calor apretando de lo lindo, bajamos rápidamente en busca de un bar en Finestrat que nos suministre cerveza bien fría. Nos la merecemos.

Julio y Estela