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Por distintas razones no
había podido llevar a mi hijo Álvaro, apasionado de los cuarzos
a la Mina Rómulo. El pasado verano lo intentamos en una ocasión
pero una alerta de 46 grados nos hizo regresar al resultar
imposible siquiera caminar. aunque la idea inicial de este
sábado 16 de abril, era entrar en el interior de la Mina
acompañados de uno de mis sobrinos mayores este no se animó y a
ir solo con alvaro decidí quedarme por las muchas terrizas y
escombreras de la zona de donde se pueden extraer con paciencia
y profundizando con picoleta ejemplares limpísimos de cuarzo
amatistado y algún que otro prasio. La abundancia de pozos de
ventilación y extracción, todos ellos muy bien señalizados nos
da una idea de las dimensiones del complejo. La incipiente
primavera que ofrece su cara mas amable, con las siemprevivas,
las campanillas, amapolas .... hace que la visita por toda la
zona sea realmente hermosa. Para finalizar, Álvaro, con su buena
suerte habitual, encuentra un gigantesco bloque de piedra en el
que asoma lo que parece ser un gran cristal de cuarzo. Decidimos
intentar partirla allí mismo, con tan buena fortuna que al
quebrar la matriz sale una preciosa y gigantesca cabeza de
cuarzo, que ha pasado inmediatamente a su colección. |