15 Enero 2011

Volver a Salidas 2011

Linares Jaen

Por Alfredo Gómez

 
 

Linares, dónde la minería hace historia

Son los cartagineses y romanos algunos de los pueblos que trabajaron las labores de plata, cobre y plomo de sus ricos filones. La ciudad está marcada desde sus orígenes por el alma del mineral. Cástulo, la antigua ciudad íbera y capital de la Oretania cercana a la actual Linares, y una de las ciudades más importantes de Roma, fue la semilla dónde durante siglos y siglos germinó una extraordinaria industria minera que en el siglo XIX se convirtió en una de las más importantes de España y a nivel mundial hasta que a finales del siglo XX -1991- cierra la última gran explotación de la Compañía Minera de la Cruz.

Hemos querido tener una primera toma de contacto pues eso, y no otra cosa, es el realizar una visita de 24 horas al otrora emporio minero de Linares. Se trataba, bien es cierto, de efectuar una visita exploratoria a la zona. Gracias a nuestro amable y simpático amigo, Antonio del Arco, y también a su inestimable tiempo que no dedico como guía, pudimos recorrer parcialmente algunos senderos mineros durante 5 ó 6 horas (Mina del Mimbre, Fundición La Tortilla, Sendero de La Gitana, Cerro de las Mancebas, etcétera) de los que hemos querido dejar testimonio documental ( Minas de San Telmo, Sendero de la Garza, Filón de San Andrés, Pozo La Esmeralda de Adaro, Pozo de El Cobre de las Minas de la Cruz, etcétera).

Como no podía ser de otra forma, también nos hemos tomado nuestro tiempo para recoger algunas muestras de galena, galena con geodas de calcita y calcopirita centimétricas, en las escombreras de la Mina de San Telmo (término municipal de La Carolina) y, principalmente, en las Minas de La Cruz, algunas de ellas de buen tamaño y bella factura. A destacar dos precauciones básicas: primera, el peligro de hundimientos (hundiciones indican las señales y paneles informativos); segunda, que es imprescindible ir previsto con botas de montaña y guantes para levantar las piedras pues en tan sólo unas horas tuvimos varios encuentros –afortunadamente sin consecuencias- con algunas víboras.

De igual forma que hacían los mineros al salir de las entrañas de la tierra, nosotros también quisimos, al caer la noche, degustar algunas de las exquisitas tapas que le han dado fama y notoriedad a Linares, y reunirnos en algunas de las numerosas tabernas de la ciudad.  Carpe diem.

J. Alfredo Gómez Pascual