El pasado 16 de Noviembre, y
después de los buenos resultados en nuestra visita a Rio Tinto,
decidimos probar suerte y visitar la Mina de Cala.
Allí descubrimos que todo el perímetro está cercado y que debido a
la inactividad de la zona, nuestra presencia fué detectada
rapidamente por el servicio de seguridad, por lo que desistimos de
entrar y nos limitamos a recorrer parte del camino que bordea las
escombreras por el exterior.
A pesar de esos inconvenientes, al poco rato ya teniamos bastantes
ejemplares de granates, galena y pirita, por lo que la visita se
puede considerar de fructífera.
Está claro que tenemos que volver esta primavera.
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