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El
pasado 27 de marzo se efectúo una excursión del Grupo Mineralogista
de Madrid, dirigida por el geólogo Raúl Gorgues, a la zona de
Sigüenza y alrededores. El tiempo fue soleado, aunque frio, y todos
pudieron recoger numerosas muestras de aragonito en sus diferentes
variedades morfológicas y colores (rojizos, grises, verdosos):
fajados, columnares, tabulares a pseudoprismas y viceversa, maclas y
piñas.
A
unos pocos kilómetros del amplio término municipal de Sigüenza se
encuentran algunos de los minerales más interesantes que se
encuentran en el Keuper del lugar correspondiente al Triásico. Nos
referimos a los yacimientos de aragonito de Olmeda de Jadraque
(pueblo con tan sólo 4 habitantes) y de Moratilla de Henares, donde
junto al aragonito también pudieron recogerse numerosas muestras de
yeso rojo masivo y cristales de cuarzo tipo “Jacinto de Compostela”.
Las
más de 60 personas asistentes accedimos al yacimiento saliendo desde
el pueblo de Olmeda de Jadraque por un camino en dirección Noroeste.
A unos 1.300 metros se aprecia el afloramiento del Keuper en el
paraje denominado “Alto de los Solanillos”. Se trata de un cerro
coronado por roca caliza situándose en las zonas inferiores los
terrenos arcillosos.
El
otro yacimiento situado en el pueblo de Moratilla de Henares, junto
al río de su nombre, se encuentra a escasos 3 kilómetros de
Sigüenza, en la falda del cerro conocido como “El Cubillo”. En éste
último se pueden apreciar diversos afloramientos en los que
predominan las muestras bastante alteradas y corroídas de piñas de
color rojizo oscuro y grises.
En las
prácticamente abandonadas salinas del pueblo de Imón pudimos dar
buena cuenta de que la sal no sólo es un elemento nutritivo básico
en nuestra alimentación, sino que también lo es para la conservación
de los alimentos por parte del ser humano desde antiguo. Estos
lugares salobres tienen un gran valor medioambiental debido a que
permiten la existencia de comunidades vegetales halófilas, es
decir, afines a espacios salinos. Los yacimientos de sal de interior
(Imón, Santamera, Riba, Bujalcayado, etcétera) se convirtieron,
históricamente, en lugares estratégicos debido a la falta de un
transporte adecuado desde las salinas marinas, existiendo constancia
escrita de tal hecho al ser declarados tales lugares como posesiones
reales por la Corona desde los reyes castellanos como Alfonso VII
(1137).
J.
Alfredo Gómez Pascual |