Documento entregado a los componentes de la Salida al Distrito Minero de Cartagena por el Grupo Mineralogista de Madrid |
NOTAS PARA UNA APROXIMACIÓN AL DISTRITO MINERO DE LA UNIÓN (MURCIA) El nacimiento de La Unión. Breve reseña histórica. El municipio de La Unión se encuentra situado en el Sudeste de la Península Ibérica, dentro de la denominada sierra minera de Cartagena-La Unión. Dicha sierra se extiende desde el Cabo de Palos hasta la bahía de Cartagena. Con una población actual de unos 18.000 habitantes, su historia es inseparable del aprovechamiento de las minas de plomo, plata, hierro y zinc, que han marcado su evolución desde tiempos prehistóricos. La Unión nace como núcleo urbano en el año 1.868 como consecuencia de la fusión de los caseríos de Herrerías y El Garbanzal. Aunque su extraordinaria riqueza minera atrajo a fenicios, cartagineses y otros pueblos, fue con la llegada de los romanos cuando alcanzó su mayor esplendor. En los tiempos actuales, el gran momento de La Unión abarca desde finales del siglo XIX hasta comienzos del siglo XX. En 1.908 su población alcanzó más de 35.000 almas, siendo este momento el de las grandes reformas urbanísticas y construcciones. En 1.950 la población quedó reducida a 10.000 habitantes, basando su mejoría económica en la modernización de los métodos de explotación del mineral extraído hasta 1.991 en que después de dos milenios de labores se clausuran las actividades mineras. Pues bien, volviendo a los orígenes, fue, en efecto, el control sobre los recursos mineros de plata, plomo y otros minerales la principal causa del establecimiento de los cartagineses en el sur de España y de la posterior ocupación romana. Escipión “El Africano”, movido por el interés en tomar el control de la producción de plata de Cartagena, tomó la ciudad de Qart Hadasht para la República Romana, rebautizándola con el nombre de Carthago Nova y otorgándole el estatus de municipium. El historiador Diodoro de Sicilia, coetáneo de Estrabón, hacía referencia a las minas de plata de Cartagena en su célebre Biblioteca Histórica, Tomo V, 35, 4-5, afirmando que aún siendo desconocido el uso de la plata entre los naturales del país, los fenicios lo utilizaban para sus ganancias comerciales, adquiriendo plata a cambio de pequeñas mercancías, adquiriendo de esta forma grandes riquezas que llevaron hasta Asia y, se dice, sobraba tal cantidad de plata hasta el punto de “sustituir el plomo de las anclas por plata”. Autores clásicos como el propio geógrafo Estrabón, precitado, y el historiador Polibio nos facilitan abundantes referencias sobre los importantes yacimientos argentíferos de Carthago Nova (actual Cartagena), una de las más florecientes industrias de la Hispania Romana hasta que a finales del siglo I las extracciones mineras dejaron de ser productivas. Estrabón, en el Libro III de su “Geografía” nos cuenta que hasta cuarenta mil esclavos trabajaban en la extracción de mineral en unas penosas condiciones humanas. En un primer momento, el laborero de las minas estuvo bajo el control directo del Estado. Roma explotó las minas de Cartagena tanto en galerías subterráneas como a cielo abierto, siendo de ésta época la famosa Mina del “Cabezo Rajao” en dónde se vació un filón superficial de galena argentífera que dejó una gran raja en la montaña, siendo ésta circunstancia el origen de su etimología actual. Por toda la Sierra Minera de Cartagena-La Unión se encuentran numerosos vestigios de la explotación minera de la antigüedad. Así podemos encontrar: Ø Pozos y galerías con explotaciones a cielo abierto, y escoriales de material. La mayor parte se sitúan en la zona del mencionado Cabezo Rajao y en el cerro del Sancti Spíritus. Ø Numerosos vestigios y restos de instalaciones para el tratamiento del mineral como lavaderos, molinos para la trituración y numerosos depósitos de estériles. Ø Restos de fundiciones con sus escoriales dónde se procesaba el mineral para obtener lingotes. Ø Dependencias mineras como casas de los trabajadores, almacenes, oficinas de administración, etcétera. De esta forma Carthago Nova se constituyó en el centro económico de la minería de la Sierra de Cartagena-La Unión y, además, de las explotaciones mineras de Mazarrón, Águilas y de las zonas mineras de Almería y sierra de Gádor, convirtiéndose sin ningún género de duda en una de las ciudades más prósperas y ricas de la Hispania Romana junto a “Corduba” y “Tarraco”. Los yacimientos muestran una intensa explotación que comienzan a declinar a mediados del siglo I d.c, posiblemente influenciado por el agotamiento de la actividad minera y su menor rentabilidad, lo que hizo que Roma abandonase la explotación directa de las minas y las arrendase a particulares y sociedades privadas, descendiendo su producción minera hasta su total desaparición a finales del siglo II d.c. Al motivo anterior se unió, muy posiblemente, la inestabilidad por las guerras civiles entre Pompeyo y César. Y así se abandonaron y paralizaron prácticamente todas las labores y actividades mineras hasta el siglo XIX. Los alumbres Aunque sea muy brevemente nos vamos a detener en este producto conocido como alumbre (sulfato alumínico-potásico denominado alunita). Fue utilizado habitualmente en las industrias de vidrieras, papel y del curtido de pieles. La industria del alumbre está ligada a los afloramientos volcánicos de los Cabezos Rajao y de Roche dónde los romanos dejaron su huella. Las diversas fuentes escritas consultadas nos remiten a la primera mitad del siglo XVI cuando el rey Carlos I otorga a su secretario, Francisco de los Cobos, los alumbres del Obispado de Cartagena. El actual pueblo de Los Alumbres nació como consecuencia del poblamiento llevado a cabo con obreros y trabajadores de diversas localidades a cargo de Juan de Alcaraz, consiguiendo del rey las mismas franquicias que disfrutaban los vecinos de Cartagena. La industria de los alumbres cerró definitivamente en el año 1591. Al reiniciarse la minería en los siglos XIX y XX, don Agustín Juan, director de una fábrica en la localidad de Mazarrón, demarcó una serie de minas y una concesión minera de 16 Ha con el nombre de “Número Dos”, para la explotación de los alumbres de la zona Sur del Cabezo de Roche El subproducto que quedaba en el proceso de obtención del alumbre era un residuo de óxido de hierro terroso conocido con el nombre de “Almagra”, con un color rojo intenso y característico muy útil en la fabricación de tintes y pinturas. Fue usado con gran éxito para dar color y suavidad a los conocidos cigarros de Sevilla, datando estas últimas referencias del año 1941. Lugares de singular interés en la población No podemos dejar de mencionar el rico patrimonio cultural que atesora este municipio tan íntimamente relacionado con la minería. El edificio que alberga el antiguo Mercado Público (1907), obra del arquitecto don Víctor Beltri, y concebido como plaza de abastos, consta de una planta de dos naves en cuyo cruce se levanta una gran sombrilla octogonal. En su interior se han utilizado materiales tradicionales con piedra artificial y muros de mampostería rematados por pináculos con motivos vegetales. Su estructura es de hierro y vidrio, permitiendo cubrir amplios espacios y favoreciendo el paso de la luz natural. En la actualidad es la sede del Festival Internacional del Cante de las Minas, sede de la archiconocida, nacional e internacionalmente, Feria de Minerales y Fósiles, y dónde además se albergan numerosas exposiciones y todo tipo de manifestaciones artísticas y culturales. Otro edificio de muy bella factura que alberga dependencias municipales es el denominado Casa del Piñón (1899). Su construcción fue ordenada por el empresario minero don Joaquín Peñalver Nieto como un edificio de viviendas de lujo en alquiler, correspondiendo su diseño y dirección al arquitecto murciano don Pedro Cerdán. Su planta tiene forma de “L” y en su construcción se utilizó ladrillo, hierro y piedra artificial. En su fachada destacan las balconadas del primer piso y los balcones abalaustrados, siendo su decoración de origen persa, bizantino, egipcio y múdejar. Otros edificios de interés son el Liceo de Obreros, actual sede del Museo Minero, destacando sus cinco salas íntegras con que cuenta dedicadas a colecciones de herramientas, estupendas reproducciones a escala con planimetrías y una soberbia colección fotográfica y documental, completándose con una magnífica colección de muestras y piezas de minerales recogidas en los yacimientos de la Sierra Minera. En su exterior, a destacar el frontón de la entrada de acceso al museo con los emblemas de las bellas artes y de la minería. Patrimonio Geológico y Minero Yacimientos Los diferentes criaderos de la Sierra Minera de La Unión pueden agruparse en cuatro tipos: mantos, filones, diseminaciones y monteras. Los mantos son los yacimientos más característicos e importantes por su extensión y volumen. Se reconocían dos mantos, uno superficial conocido por “manto de los azules”, “de los silicatos” o por “manto rico”. Tiene unos espesores entre 40 y 80 metros. El manto profundo llamado “manto borde o segundo manto”, de mayor extensión horizontal pero de menor potencia. Ambos están constituidos por un matriz de silicatos y carbonatos que contienen sulfuros metálicos y óxidos en distintas proporciones, destacando las elevaciones de la Peña del Águila y Sancti Espíritu.
Los filones tienen forma tabular, presentando una fuerte inclinación (buzamiento). Su concentración metálica o ley es muy superior a la de los mantos pero su volumen notablemente menor. Son de destacar los situados en la Peña del Águila, Rambla del Avenque y Llano de la Unión. Las diseminaciones son mineralizaciones de poca importancia consistentes en la presencia de menas en las juntas, poros y fisuras de las rocas. Las monteras o “gossan” son masas superficiales formadas por óxidos de hierro acompañadas de arcillas argentíferas y distintas cantidades de carbonatos y sulfatos de plomo, cobre o zinc, formadas por la alteración de los sulfuros preexistentes en la superficie. Especies minerales Hay catalogadas más de cien especies minerales, algunas de extraordinaria rareza e interés científico y para coleccionismo, si bien tan sólo algunas de ellas han tenido interés económico diferenciándose las que son aprovechadas por los metales que contienen y los que utiliza la industria en su estado natural. Las principales menas metálicas han sido las de plomo, zinc, hierro, manganeso, estaño y cobre, siendo objeto de especial explotación todas ellas. Los minerales tratados para la obtención del plomo han sido la galena (sulfuro), la cerusita (carbonato) y la anglesita (sulfato). Para el zinc la blenda (sulfuro), la smithsonita (carbonato) y la hemimorfita (silicato). El hierro se obtenía de los hematites (óxido), magnetita (óxido) y goethita (hidróxido). Por su parte, el manganeso se obtenía de la pirolusita y la romanechita (ambos óxidos). El estaño (Sn) se obtenía de la casiterita (también óxido). Los minerales de cobre explotados en la sierra fueron sus carbonatos, azurita y malaquita, y las piritas cobrizas. Las piritas (bisulfuro de hierro) eran aprovechadas únicamente por su contenido en azufre (S). A la vista de lo anterior, se aprecia sin dificultad que la Sierra Minera de La Unión o Sierra de Cartagena-La Unión constituyó uno de los distritos mineros más importantes de España y el más representativo de la Región de Murcia por sus yacimientos de zinc, hierro y plomo. Si bien el sistema inicial de explotación fue de minería subterránea, desde finales de los años 40 o principios de los 50 del siglo XX, se compartió este sistema con la explotación a cielo abierto por el método de corta. La zona minera repartida entre los municipios de Cartagena y La Unión ocupa una superficie rectangular de unos 10 x 5 km2, encerrando una de las mayores acumulaciones metálicas de España. Algunas estimaciones sobre la cuantía original de estos depósitos minerales en sus diversos tipos (mantos, filones, etcétera), superarían los 200 millones de toneladas de mineral bruto, con un contenido en metales del orden de 64 millones de toneladas de hierro (Fe), 3.2 m.t. de plomo (Pb), 3.8 m.t. de zinc (Zn) y 4.000 toneladas de plata (Ag). Zonas de interés minero Se trata de puntos de interés mineralógico dentro de la Sierra Minera en la que se encuentran diversas minas y concesiones mineras. A continuación voy a citar algunas de las más importantes sin detenerme en su estudio pormenorizado con respecto a situación específica, filones, concesionarios, etcétera. En primer lugar, el Cabezo Rajao, cerro aislado a unos 2 km al Oeste de La Unión en el que se desarrollaron principalmente mineralizaciones metálicas: pirita, marcasita, blenda, galena, calcopirita..... La planicie del Llano de la Unión está comprendida entre la carretera de Cartagena-La Unión al sur, la ciudad de La Unión al levante, las laderas de los Cabezos Rajao y Agudo a poniente y el barrio del Garbanzal al norte. Las demarcaciones mineras se produjeron en esta zona en el último tercio del siglo XIX. Son minas destacadas: Trinidad, San Clemente, Lo Veremos, La Manolita, La Cierva, Precaución, Artesiana y otras muchas. La Parreta es un grupo de minas situado en la zona de Alumbres ocupando un cerro parecido al Cabezo Rajao, con una altura máxima de 137 metros denominada El Calvario. En 1908 se descubrieron algunos filones de blenda en la concesión San Simón iniciándose un período de gran actividad minera. Los criaderos consistían en cuatro grandes filones de blenda con potencias máximas de 20 metros. La pirita aparecía en otros criaderos con una ley (pureza) del 40 y del 42 para el azufre. Las Lajas y la Carretera del 33. Se trata de una zona de la Sierra Minera, al sur de La Unión cuyos criaderos presentan una mineralización de casiterita, hematites, pirita y cuarzo. Una de las principales vías de entrada del mineral extraído hacia la ciudad tenía su comienzo en la rambla de Las Lajas, a continuación del cruce del ferrocarril de vía estrecha y muy cerca del antiguo Mercado Público de La Unión. Desde luego se trata de una ruta muy importante usada por los mineros para transportar el mineral extraído en la sierra. La carretera del 33 debe su nombre a que el ordinal del camino en el Plan de la Diputación Provincial y el mes de finalización de su construcción resultó ser el mismo, el treinta y tres, por lo que se le conoce popularmente como carretera del 33. La zona del Beal y Cabezo de San Ginés comprende dos áreas diferenciadas: las minas comprendidas en el Sindicato del desagüe del Beal y las explotaciones de hierro y manganeso del Cabezo de San Ginés y zonas circundantes. El Llano del Beal es un núcleo minero situado junto al macizo del Cabezo de don Juan con mineralizaciones en el barranco de Mendoza, y en sus capas superiores, de galena, blenda y pirita. Las minas del denominado barranco de Ponce tienen conglomerados formados por nódulos de pirita, blenda o galena que los mineros llamaban “almendrolón”. La Zona de El Gorguel comprende un sector de la sierra separado de la costa por la sierra de la Fausilla, con su punto culminante en El Almorchón. A pesar de estar desmarcadas gran parte de las concesiones de la rambla del Avenque, hasta el descubrimiento de los filones de galena en la mina Dios te ampare, la mayor parte de las minas tenían escasa actividad limitándose a la búsqueda de calaminas y manganesos superficiales. Es Portmán (del latín Portus Magnus – Gran Puerto) uno de los referentes fundamentales en la minería de la Sierra Minera. En las explotaciones mineras de la zona han intervenido todos los procedimientos conocidos, desde las trancadas (golpes dados con palos gruesos y fuertes) a las cortas a cielo abierto y desde los simples lavaderos a un moderno concentrador que llego a ser el mayor de Europa (lavadero Roberto). Su minería estuvo relacionada con diferentes tipos de yacimientos: filones de galena de la rambla del Avenque (San Jerónimo y San Guillermo) y criaderos que en superficie eran de hierro y manganeso asociados a baritina y cuarzo (La Rajica y la Cala del Caballo). En otras áreas los criaderos eran mantos y sus ramificaciones férricos y ricos en carbonatos de plomo (Cruz Grande y La Crisoleja). El Sancti Espíritu y El Descargador es una zona con la máxima cota de la Sierra Minera, hoy truncada por las explanaciones para la corta San Valentín y recubierta de los estériles de la misma, que podríamos situar en los derrames del propio cabezo, cuyas vertientes originan las ramblas de Aguas Amargas y la superficie denominada El Descargador. La minería del Sancti Espíritu dio lugar a una importante masa de hierro con una riqueza media del 50 en la base, apareciendo bolsadas de hierros argentíferos con carbonatos de plomo y arcillas. El primer manto, al oeste, es de blenda; al centro predomina la galena y la magnetita al este. Finalmente, la pirita aparece diseminada en toda su extensión íntimamente ligada al resto de los minerales.
Madrid, 23 de octubre de 2009 J. Alfredo Gómez Pascual Vicepresidente y Vocal de la Junta Directiva del Grupo Mineralogista de Madrid (www.gmmadrid.es) Socio fundador del Grupo Mineralógico de Alicante (www.gmalicante.org)
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