• HAYCOCK, Maurice H.

    (1900-).

    Canadiense, mineralogista, geólogo, fotógrafo, músico, pintor, historiador, y, operador de la radio. Nació en Wolfville, Nueva Escocia, el 1 de septiembre de 1900, murió en Ottawa el 23 de diciembre de 1988, a la edad de 88 años, Hijo único de Ernest y Priscilla Haycock, su madre murió cuando el contaba solo 3 años y su padres cuando el era todavía adolescente. Su padre estaba graduado en Harvard y era profesor de geologia en la Universidad de Acadia, Haycock siguió los pasos de su padre. Sin embargo, antes había servido en la Primera Guerra Mundial durante casi dos años, hasta que se descubrio que era un menor y no tenia todavía los 17 años... Al regresar a Canadá, se le hizo una fuerte descarga en su honor, empezó los estudios en la Universidad de Acadia, y desde allí fue a la Universidad de Princeton donde se doctoró en geología económica y mineralogía en 1931. Ese otoño, marcho al Departamento de Minas en Ottawa, dónde permaneció hasta su jubilación en 1965, después de haber establecido una sección de la mineralogía, se dedicó al estudio microscópico de los minerales de Canadá.

    Durante un examen de algunos minerales de Sudáfrica, descubrió un mineral que no había sido previamente detectado, al que se le dió el nombre de "Haycockite" después de muerto. Algunos de sus primeros estudios de la mineralogía se centraron en las minas del Gran Lago del Oso (Great Bear Lake) de Canadá. .

    Músico de talento tocó en la Orquesta Sinfónica de Ottawa en donde fue fundador y primer presidente. También ayudó en la fundación de la Escuela de Banff de bellas artes, la Orquesta Jóvenes de Ottawa en 1960, que realizaron muchas giras por todo el Canadá. El 24 de febrero de 1975, dio un concierto en el décimo aniversario de la Orquesta Sinfonía de Ottawa, en el l Centro Nacional de Artes, el alcalde, Lorry Greenberg, de Ottawa, declaró ese día “ dia de Maurice Haycock" y lo nombró ciudadano de Honor de Ottawa, dándole las llaves de la ciudad por su contribución a la ciencia, al arte y a la música.

    Su aventura amorosa por el Ártico, empezó por el otoño de 1926, cuando él y Lud Weeks, de la Geological Survey de Canadá, y Leslie Livingston, médico de Douglas (Ontario), pasaron un año de exploración geológica y geográfica en la Isla de Baffin, en la base de Pangnirtung, donde construyeron una casa de tres habitaciones cerca del fiordo de mouothf, donde vivieron hasta abril de 1927; la cabaña es ahora parte del museo del complejo de Pangnirtung... En otoño de 1927, volvió del Ártico a por el suministro anual, de Beothia, y sus compañeros de ese viaje eran A.Y Jackson y Sir Frédéric Banting, los dos bien conocidos artistas.

    Así empezó su amistad con A.Y. Jackson, hasta la muerte del mismo en 1974. Haycock empezó a pintar en 1935, principalmente en los colores al agua y pastel, pero Jackson en 1944, le animó para que pintara al aceite, los dos tuvieron muchas sesiones de pintura juntos. Haycock era ciertamente el más plasmó y viajó de todos los pintores de Canadá al Ártico.

    Sus viajes como pintor los realizó por Canadá, todas sus provincias y los Territorios, Alaska, Groenlandia y el polo Norte. De hecho, la mayoría de sus pinturas durante los últimos 35 años de su vida eran de la zona del Ártico. Se estimó que había recorrido mas de 600.000 Km., en sus expediciones como pintor. Particularmente interesado en la historia de la exploración ártica europea., pintó los lugares visitados por los exploradores que habían dejado su marca en la tierra, tenia en proyecto reunir en una exposición unas 40 pinturas falleciendo antes de lograrlo, su familia esta a la espera, de que ese trabajo pueda realizarse. Una de las ultimas felices ocasiones que tuvo este polifacético personaje fue a solo tres meses antes de su muerte, cuando se entero de la posibilidad que uno de sus pilotos favoritos, Duncan Grant, había descubierto quizás finalmente la situación exacta en la que Sir John Ross había marcado el polo Norte Magnético en 1831.Haycock fue persona distinguida con numeroso premios y apreciado y respetado por todos aquellos que le conocieron.

    Autor: José Luis Zamora Rubio