• FRANKLIN, Benjamin.

    Filósofo, político y científico estadounidense, cuya contribución a la causa de la guerra de la Independencia estadounidense y gobierno federal instaurado tras la misma le situaron entre los más grandes estadistas del país.

    Franklin nació el 17 de enero de 1706 en Boston. Después de asistir a la escuela primaria desde los 8 a los 10 años de edad, Benjamin empezó a trabajar en la cerería de su padre. Cuando tenía 13 años de edad trabajó como aprendiz en la imprenta de su hermano.

    Benjamin aprendió este oficio, dedicando su tiempo libre a perfeccionar su formación, leyendo obras de John Bunyan, Plutarco, Daniel Defoe, Cotton Mather, sir Richard Steele y Joseph Addison. Desde 1721 colaboró con su hermano James en la redacción y edición del New England Courant. Debido a su tendencia liberal, esta gaceta molestó a menudo a las autoridades coloniales.

    Como consecuencia de los desacuerdos con James, Benjamin abandonó Boston y se dirigió a Filadelfia en octubre de 1723. Allí conoció a sir William Keith, gobernador de Pensilvania, el cual convenció a Franklin para que fuera a Gran Bretaña a completar su formación como impresor y comprar el equipo necesario para fundar su propia imprenta en Filadelfia. El joven Franklin siguió su consejo y llegó a Londres en diciembre de 1724. Pronto encontró empleo en dos de las más destacadas imprentas de Londres, Palmer's y Watt's y comenzó a ser reconocido en los ambientes literarios y editoriales londinenses.

    En octubre de 1726 Franklin volvió a Filadelfia y reanudó su trabajo. Al año siguiente, con varios conocidos suyos, organizó un grupo de debate denominado Junto, que más tarde se convertiría en la Sociedad Filosófica de Estados Unidos. En septiembre de 1729 compró la Pensilvania Gazette, un semanario vulgar que convirtió en un periódico entretenido e informativo con su estilo ingenioso y su juiciosa selección de noticias.

    Franklin participó en muchos proyectos públicos. En 1731 fundó la que probablemente fue la primera biblioteca pública de Norteamérica, inaugurada en 1742 con el nombre de Biblioteca de Filadelfia. También publicó el Almanaque del Buen Ricardo en 1732 bajo el seudónimo de Richard Saunders. Este modesto almanaque se ganó rápidamente a un gran público y con su saber práctico y sencillo ejerció una influencia persuasiva en el carácter de la población colonial. En 1736 Franklin formó parte de la Asamblea General de Pensilvania y al año siguiente fue nombrado administrador de Correos de Filadelfia. Por esta época organizó también la primera compañía de seguros contra incendios de la ciudad e introdujo métodos para mejorar la pavimentación e iluminación de las calles. Siempre interesado en los estudios científicos, ideó sistemas para controlar el exceso de humo de las chimeneas y alrededor de 1744 inventó la estufa de hierro Franklin, que producía más calor con menos combustible.

    En 1747 Franklin inició sus experimen-tos sobre la electricidad. Adelantó una posible teoría de la botella de Leyden, defendió la hipótesis de que las tormentas son un fenómeno eléctrico y propuso un método efectivo para demostrarlo. Su teoría se publicó en Londres y se ensayó en Inglaterra y Francia antes incluso de que él mismo ejecutara su famoso experimento con una cometa en 1752. Inventó el pararrayos y presentó la llamada teoría del fluido único para explicar los dos tipos de electricidad, positiva y negativa. En reconocimiento a sus impresionantes logros científicos, Franklin recibió títulos honorarios de las universidades de Saint Andrews y Oxford. También fue elegido miembro de la Real Sociedad de Londres y en 1753 fue galardonado con la Medalla Copley por sus destacadas contribuciones a la ciencia experimental. Franklin ejerció también gran influencia en el campo de la educación, siendo determinantes sus escritos para la fundación en 1751 de la Academia Filadelfia, que más tarde se convertiría en la Universidad de Pensilvania. El plan de estudios que proponía se alejaba bastante del programa de estudios clásicos tan en boga en ese momento; concedía gran importancia al estudio del inglés y las lenguas modernas, así como a las matemáticas y ciencias.

    Benjamin Franklin fue el principal seguidor de los postulados de Isaac Newton en América. Su teoría sobre la electricidad se basaba en la noción newtoniana de la repulsión mutua de las partículas que el científico inglés había expuesto en su Óptica.

    En 1748 Franklin vendió su imprenta y en 1750 fue elegido para la Asamblea de Pensilvania, donde prestó servicios hasta 1764. Fue nombrado inspector general de Correos para las colonias británicas en América en 1753 y, en 1754, fue delegado de Pensilvania en el Congreso de Albany, que se celebró para debatir la actitud que se debía mantener ante la Guerra Francesa e India. Su Plan Albany, que se anticipaba en muchos aspectos a la Constitución de Estados Unidos de 1787, defendía la independencia local dentro del marco de la unión colonial.

    Cuando estalló la Guerra Francesa e India, Franklin proporcionó suministros al capitán general inglés Edward Braddock garantizando su propio crédito a los granjeros de Pensilvania, quienes desde ese momento proporcionaron los equipos necesarios. Los propietarios de Pensilvania Colony, descendientes del líder cuáquero William Penn, siguiendo sus principios religiosos de oposición a la guerra se negaron a permitir que se tasaran sus terrenos para sufragar el conflicto. Así pues, en 1757 Franklin fue enviado a Inglaterra por la Asamblea de Pensilvania para solicitar al rey el derecho de recaudar impuestos por la propiedad de la tierra. Al acabar su misión se quedó cinco años más en Inglaterra como primer representante de las colonias estadounidenses. Durante este periodo entabló amistad con el químico Joseph Priestley, el filósofo e historiador David Hume y el economista Adam Smith.

    Franklin volvió a Filadelfia en 1762 donde permaneció hasta 1764, cuando una vez más fue enviado a Inglaterra como representante de Pensilvania. En 1766 hubo de declarar ante la Cámara de los Comunes sobre los efectos de la Stamp Act (Ley del Timbre) en las colonias. Su testimonio tuvo una influencia enorme en la revocación de esta ley. Sin embargo, pronto se introdujeron en el Parlamento nuevos planes para gravar con impuestos a las colonias, por lo que Franklin empezó a sentirse dividido entre la devoción a su tierra natal y la lealtad a Jorge III. Finalmente, en 1775 tuvo que admitir lo que era inevitable, la guerra. Cuando regresó a Filadelfia el 5 de mayo de 1775 las batallas de Lexington y Concord habían desencadenado la contienda. Fue elegido miembro del segundo Congreso Continental, prestando servicios en diez de sus comités.

    En 1775 Franklin viajó a Canadá para conseguir su apoyo y cooperación en la guerra en favor de las colonias. A su regreso fue uno de los cinco miembros del comité designado para redactar la Declaración de Independencia. En septiembre del mismo año fue elegido como delegado para conseguir la ayuda económica de Francia. Superando la virulenta oposición del ministro de Finanzas francés Jacques Necker logró obtener sustanciosas concesiones y préstamos de Luis XVI de Francia, gracias al prestigio que tenía en este país como científico, y a la integridad e ingenio que desplegó durante las negociaciones. Franklin animó y ayudó materialmente a los corsarios estadounidenses que operaban contra la Marina británica, especialmente John Paul Jones. El 6 de febrero de 1778 Franklin negoció los tratados de comercio y amistad con Francia y España que posteriormente cambiaron el rumbo de la guerra. Siete meses después fue nombrado por el Congreso ministro plenipotenciario de Estados Unidos en Francia.

    En 1781, Franklin, John Adams y John Jay fueron designados para concluir un tratado de paz con Gran Bretaña. El Tratado de París, que puso fin a la guerra, se firmó en Versalles el 3 de septiembre de 1783. Su fama como científico le sirvió para ser elegido por el monarca francés Luis XVI para investigar los hallazgos del médico austriaco Franz Antón Mesmer y el fenómeno del magnetismo animal. Como dignatario de una de las más distinguidas logias masónicas de Francia, Franklin tuvo oportunidad de conocer a muchos personajes que posteriormente se convirtieron en figuras destacadas de la Revolución Francesa, sobre cuyo pensamiento político ejerció una gran influencia pese a oponerse a los cambios por medio de la violencia.

    En marzo de 1785 Franklin renunció a su cargo en Francia para regresar a Filadelfia, donde fue elegido inmediatamente presidente del Consejo Ejecutivo de Filadelfia (1785-1787). En 1787 fue nombrado delegado de la convención que redactó la Constitución de Estados Unidos. Profundamente interesado en proyectos filantrópicos, uno de sus últimos actos públicos fue firmar una petición al Congreso, el 12 de febrero de 1790, como presidente de la Sociedad Abolicionista de Pensilvania, instando a la abolición de la esclavitud y la supresión del comercio de esclavos. Dos meses después, el 17 de abril, murió en su casa de Filadelfia a los 84 años de edad.

    Su fama literaria reside principalmente en su inacabada Autobiografía, considerada por muchos el compendio de su vida y su carácter.

    Autor: José Luis Zamora Rubio