- BRINDLEY. George William
(1905-1983).
Ingles, nació en Stoke-on-Trent, el 19 de Junio de 1905, hijo de un maestro de escuela. Con 20 años entro en la Universidad de Manchester, estudio en el laboratorio con Lawren Bragg y R.W. James, de esta universidad se pasó a la de Leeds, licenciatura, permaneciendo en esta como disertante y lector de física. Por los años 30 se interesó por la deformación de los metales, los rayos X y las vibraciones.
Al estallar la Segunda Guerra Mundial interrumpió sus investigaciones en Leeds, y se interesó por la acción de erosión del viento con la arena, y otros temas geológicos, planeando algún trabajo geológico.
Acabada la guerra, le solicitaron que determinarlas diferencias entre la arcilla de loza, arcilla cocida y la halloysita. Cuando hizo su introducción en la mineralogía de la arcilla escribió: pensé que el proyecto me llevaría unas semanas, pero aquí estoy trabajando todavía después de varias décadas” Las semillas tan cuidadosamente sembradas enraizaron rápidamente y desarrollaron un follaje exuberante. La determinación de la estructura de cristal de caolinita y la Identificación de la Radiografía clásica y Estructura de Cristal de los Minerales de arcilla (con G. Brown) fueron los frutos tempranos. Brindley fue a los Estados Unidos en 1953 y ayudó a establecer uno de los principales laboratorios de mineral de arcilla en la Universidad del Estado de Pensilvania.
Las altas cotas que se exigía y sus grandes compromisos, y el pensamiento analítico le ganaron una formidable reputación. Sus años en el Estado de Penn fueron muy productivos. Trabajó en varios puestos de profesor y durante varios años era de cabeza de la Sección de Tecnología de Cerámica. Aunque fue nombrado profesor emérito en 1973, nunca se retiró, continuó dirigiendo un grupo pequeño de estudiantes graduados. Recibió muchos honores, entre ellos la Mineralogical Society of America's Roebling Medal, un doctorado honorario en la Universidad de Louvain, el Penn State's Wilson Award for Outstanding Graduate Teaching, etc. Dos días antes de que muriera recibió con gratitud el libro de saludos firmado por sus amigos y colegas. Dijo era un gran honor para é; el honor realmente era nuestro.
Persona excepcional, humano, comprensivo y amante de su familia con la que tanto disfrutaba y compaginaba con su trabajo científico
Autor: José Luis Zamora Rubio