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BARBOSA, Carlos Prado
(1917-2003).
BARBOSA, Carlos Prado. (1917-2003). Brasileño. Conocido comerciante de minerales de Brasil, nació en la ciudad de Alfenas, Minas Gerais, Brasil el 7 de enero de 1917. Se graduó de la Universidad de Minas Gerais (Belo Horizonte) con un título en Ingeniería Química en 1939, y pasó a los trabajos de post-grado, la obtención de un grado especializado en Mineralogía de la Escuela Nacional de Filosofía en Río de Janeiro en 1943. A lo largo de su carrera profesional trabajó para el Instituto Nacional de Tecnología de Río de Janeiro, en la recuperación de oro, se jubiló en 1972, después de haber sufrido daño pulmonar por la inhalación de gases tóxicos.
Tras su jubilación, decidió dedicarse en exclusiva a lo que más amaba, los minerales, como distribuidor y como un investigador independiente. Asistió a la feria de Tucson por primera vez en 1972 o 1973, uniéndose a los distribuidores concesionarios en el recién creado Desert Inn. Aunque su inglés es pobre, se hizo querer, respetar y admirar por la comunidad internacional, halagando los excelentes minerales que trajo de Brasil. Su bondad, amabilidad y la generosidad trasciende la barrera del idioma, lo que le hizo ganar muchos amigos entre los coleccionistas, conservadores, comerciantes, e incluso entre el personal de limpieza – las mujeres jóvenes le trataban simpáticamente como a un abuelo, en realidad lo era (Caros tenía cuatro hijos, el más joven de sólo 14 años de edad, nueve nietos y un bisnieto). Él continuó asistiendo a la feria todos los años hasta 2002, cuando, a causa de su mala salud, tristemente reconoció que probablemente sería su último año allí; a muchos de sus queridos amigos dijo adiós.
Dondequiera que estaban los mejores minerales de Brasil, allí estaba él, tuvo la capacidad y la intuición para estar en el lugar idóneo y salvar un número incalculable de especímenes únicos e interesantes de las trituradoras y de los hornos. Y no importa lo raras e inusuales que fueran las muestras de minerales, siempre tuvo el análisis de datos a mano para realizar copias de seguridad de sus identificaciones. Incluso en los últimos años de su vida, cuando su salud estaba en declive, continuó la búsqueda de cosas nuevas.
Carlos Barbosa falleció de neumonía el 7 de abril de 2003, y fue enterrado (de acuerdo con sus deseos) en el pequeño cementerio de Linópolis en el que puede estar cerca de los minerales que amaba.
Es merecedor de ser honrado y recordado como uno de los más importantes mineralogistas de campo de y el mejor distribuidor de minerales del último siglo de Brasil.
Autor: José Luis Zamora Rubio